Mi nombre es Antonio y trabajo como mecánico de material ferroviario en Córdoba. El día 1 de junio viernes cuando estaba trabajando al golpear con un mazo una pieza para hacer una reparación, un trozo metálico de unos siete centímetros salió disparado hacia mi cara, rompiéndome el cristal de mis gafas de seguridad, el impacto fue como un disparo. Sufrí un accidente en el ojo derecho al introducirse pequeños fragmentos de cristal dentro del ojo y bajo el párpado. El oftalmólogo de urgencias me tuvo que extraer los cristales que habían provocado que la capa de la córnea se levantara además de múltiples arañazos. La visión por el ojo derecho era totalmente borrosa, me colocaron una lentilla y medicación. El diagnostico del especialista era pesimista por la gravedad de la lesión y el lugar donde se encontraba, en el centro del ojo, lo que podía provocar pérdida de visión, trasplante de córnea o que cicatrizase sin problemas.
A los pocos días en una de las revisiones sólo tenía un 30% de visión por el ojo derecho. Para complicar aún más la situación me contagié de conjuntivitis vírica muy agresiva y contagiosa por estar el ojo bajo de defensas. En ese momento me acordé de una pequeña reliquia del Padre Morales que unas cruzadas me habían regalado unos meses antes junto a la oración del Padre. Busqué en mi cartera y allí estaba, junto a una imagen de la Virgen, como no, el Padre junto a la Inmaculada.
Empecé durante todos los días a rezar la oración, me acompañaron en el bolsillo de mi pijama durante toda mi convalecencia. El grupo de Pastoral de la salud de la Diócesis cuyo delegado es el sacerdote de mi parroquia, por esas fechas iba de peregrinación a Lourdes y cuando estaban de camino me llegó un whatsap por si algún feligrés tenía alguna intención para llevarle a la Madre, yo le hice llegar la mía. Al cabo de unos 40 días mi ojo se había recuperado de la lesión y de la conjuntivitis sin dejarme secuelas. Mi familia durante todo este tiempo lo pasó mal pero siempre sentí su amor. Estoy convencido que por la intercesión de la Virgen y del Padre Morales la recuperación del accidente fue un grandísimo favor y una gracia, que me ha hecho, como dice la oración, tener más conciencia y compromiso con las exigencias bautismales, el amor a la Virgen y la dedicación a los jóvenes. Esta sería la respuesta a la pregunta que a veces hacemos cuando nos ocurre algún revés, no preguntar el porqué sino el Para qué?
Este sería mi testimonio que he querido compartir con todos vosotros. El 30 de septiembre tuve la oportunidad de visitar y rezar en la capilla donde está enterrado el Padre...otra sorpresa que recibí sin haberlo planeado previamente, paseábamos mi familia y yo por la calle Juan de Mena mientras hacíamos tiempo para asistir a un concierto y aproveché la oportunidad. La Virgen creo que me llevó de la mano.
Antonio Morán Maestre
A los pocos días en una de las revisiones sólo tenía un 30% de visión por el ojo derecho. Para complicar aún más la situación me contagié de conjuntivitis vírica muy agresiva y contagiosa por estar el ojo bajo de defensas. En ese momento me acordé de una pequeña reliquia del Padre Morales que unas cruzadas me habían regalado unos meses antes junto a la oración del Padre. Busqué en mi cartera y allí estaba, junto a una imagen de la Virgen, como no, el Padre junto a la Inmaculada.
Empecé durante todos los días a rezar la oración, me acompañaron en el bolsillo de mi pijama durante toda mi convalecencia. El grupo de Pastoral de la salud de la Diócesis cuyo delegado es el sacerdote de mi parroquia, por esas fechas iba de peregrinación a Lourdes y cuando estaban de camino me llegó un whatsap por si algún feligrés tenía alguna intención para llevarle a la Madre, yo le hice llegar la mía. Al cabo de unos 40 días mi ojo se había recuperado de la lesión y de la conjuntivitis sin dejarme secuelas. Mi familia durante todo este tiempo lo pasó mal pero siempre sentí su amor. Estoy convencido que por la intercesión de la Virgen y del Padre Morales la recuperación del accidente fue un grandísimo favor y una gracia, que me ha hecho, como dice la oración, tener más conciencia y compromiso con las exigencias bautismales, el amor a la Virgen y la dedicación a los jóvenes. Esta sería la respuesta a la pregunta que a veces hacemos cuando nos ocurre algún revés, no preguntar el porqué sino el Para qué?
Este sería mi testimonio que he querido compartir con todos vosotros. El 30 de septiembre tuve la oportunidad de visitar y rezar en la capilla donde está enterrado el Padre...otra sorpresa que recibí sin haberlo planeado previamente, paseábamos mi familia y yo por la calle Juan de Mena mientras hacíamos tiempo para asistir a un concierto y aproveché la oportunidad. La Virgen creo que me llevó de la mano.
Antonio Morán Maestre