El acto se inició con la celebración de la Santa Misa, que fue presidida por el Excmo. Sr. Obispo de Ciudad Rodrigo (Salamanca), D. Raúl Berzosa y concelebrada por D. Miguel García Yuste, Capellán de las Cruzadas de Ávila y D. Juan Navarro, Vicario de religiosas de la diócesis. En la homilía de la Misa, Monseñor Berzosa se refirió a nuestro Padre en relación al legado que el Papa Francisco nos va dejando en su pontificado, es decir, que D. Raúl se atrevió a describir un decálogo de similitud entre los contenidos principales de la vida y escritos del P. Morales y los del Papa Francisco. (Al final de esta crónica os adjuntamos la Homilía completa)
Al finalizar la Santa Misa, se presentó el libro en el salón de actos. La presentación la realizó Monseñor Berzosa junto a Agripina Sanz. Monseñor, como buen periodista y conocedor del P. Morales, realizó una brillante y amena síntesis del libro que “salpicó” de anécdotas vividas junto a él en su etapa juvenil. Entre otros rasgos, destacó su amor a la Iglesia, a la Eucaristía y a la Virgen, siendo un gran conocedor de los jóvenes pero, por encima de todo, D. Raúl destacó su profunda vida interior, como verdadero contemplativo en la acción, vida de oración que alimentaba con largos ratos de oración y difundiendo entre todos los que encontraba en su camino la idea de hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
Al finalizar su intervención, Agripina contestó algunas preguntas sobre el libro presentado y sobre la vida del Padre y acto seguido el público presente en la sala, entre los que se encontraban amigos y bienhechores de la Cruzada y un grupo de residentes de Tellamar, participó en el coloquio y algunas personas que le conocieron compartieron distintas experiencias de vida junto al Padre Morales.
El acto finalizó sobre las 9 de la noche. Fue un momento de encuentro precioso, en el que volvimos a dar gracias al Buen Dios por el P. Morales y a enardecernos con la bella vocación que nos ha sido confiada para que sean muchos los que puedan alimentar su vida con las enseñanzas de nuestro Padre y llegar así al conocimiento profundo y verdadero de Dios.