Soy un joven de Argentina. Mi nombre es Nicolás. Tengo 21 años y hace poco descubrí la vida del P. Tomás Morales. Me llamó la atención el título de un vídeo sobre su vida "La Inmaculada nunca falla" porque estoy preparándome para consagrarme a la Virgen y ser parte de la Milicia de la Inmaculada, fundada por San Maximiliano Kolbe.
0 Comentarios
Deseo expresar mi agradecimiento y devoción al Padre Morales.
Desde siempre he tenido la estampa en casa y me ha ayudado en las mil necesidades espirituales y temporales del día a día. Muchas veces le he rezado y me ha ayudado con su ejemplo y ha sido una compañía espiritual. Por lo que, no quería dejar pasar la ocasión de transmitir mi agradecimiento por su ejemplo de vida y fe. Lo confieso: esta mañana en la oración, pedí a Dios que anule, con su Omnipotencia, el mal que se cierne sobre los más vulnerables. Me ofrecí y me dije y dije a Jesús: ¿ Es que van a ser más poderosos que yo con mi oración, aunque sea pequeña; pero con la gracia del Bautismo y unida a la Virgen y a Cristo Redentor? En ese momento, apareció, en mi imaginación, un mar de aguas sucias, y la convicción de que Dios tiene el poder de utilizar tanto mal para hacer emerger el bien. Porque hay mal, se forjan figuras de cristianos egregios, muy santos, que hacen un bien incalculable en su paso por la tierra, incluso más allá de su tiempo. Me acordé de los mártires de Roma; de Santa Teresa, que vivió cuando se extendía por Europa la herejía protestante; de San Agustín en su época, y del Padre Morales en sus circunstancias. Apareció, en mi mente, la imagen del Padre, su rostro y sus gestos, como si estuviera grabado en mí en vídeo. Lo contemplé en una de sus homilías de la Misa de la Virgen a las 6 de la mañana en las Clarisas del Cáceres antiguo. ¡Qué fuerza…! ¡Cuánto amor a Jesucristo reflejaba su semblante…! ¡Cuánto celo por las almas de las jóvenes…, en aquellos años en que ya el mal se extendía y emponzoñaba a tantas…! Me quedé contemplándolo, admirada de tanta maravilla de amor y celo apostólico. No predicaba con retóricas aprendidas, sino con la naturalidad de quien expresa lo que siente, y con el brío de quien está convencido y deja escapar su interior incontenible. Y no me pareció que perdiera el tiempo en mi rato de oración.
Pepi Romo. 21-X-2018 Cuando todos nos alegramos del reciente reconocimiento oficial por parte de la Iglesia de la vivencia heroica de las virtudes cristianas por el P. Tomás Morales, lo primero que aflora en quienes nos hemos acercado a su persona y obra es el sentimiento de confirmar la certeza consolidada de que así era desde siempre. Como lo será el día, que deseamos próximo, de verlo en los altares.
En mi caso, aunque el trato fue fugaz y casi de paso, resultó muy decisivo. Fue en mayo-junio de 1972 en el Colegio Santa Ana de Almendralejo (Badajoz), centro educativo confiado a la dirección de los Cruzados de Santa María en el que inicié mis estudios de Bachiller Superior, ya que no podía hacerlo en mi pueblo natal y que elegí “porque no era de curas”. Pero esta elección adolescente y caprichosa sería en realidad una gracia inesperada de Dios, ya que la estancia en este colegio, el trato y amistad con los cruzados y los jóvenes de la Milicia de Santa María, el ambiente alegre de exigencia, sobriedad y estudio que estos fomentaban, y sobre todo los Ejercicios Espirituales a los que me invitaron a principios del mencionado mes de mayo junto al santuario de la Virgen de la Montaña de Cáceres, cambiaron mi vida para siempre y decidieron mi futuro: de ellos salí con la convicción firme de ingresar en el Seminario y un día ser sacerdote. Volví al Colegio después de estas jornadas de oración con ímpetu de converso y con muchas más ganas de estudiar, de vivir en cristiano con un gran amor a la Santísima Virgen y afán apostólico y servicio a mis compañeros. Fue en esos días, antes de que finalizara el curso, a mi vuelta al Colegio, cuando pude ver al P. Morales que visitaba el centro para acompañar y guiar a sus hijos los cruzados, verdaderos apóstoles seglares. Todos veneraban –¡ya era “venerable” entonces el P. Morales!- a ese jesuita delgado pero con la fortaleza y a la vez cercanía de un verdadero hombre de Dios. Las notas de exigencia ascética, de reflexión, de espíritu combativo y constancia de hierro -de verdadera forja de hombres-, de profunda oración, de amistad apostólica y de amor a Santa María, que se percibían en los cruzados, aparecían encarnados en síntesis y a lo grande en el P. Morales. Así me parecía a mí, entonces un joven adolescente, y quedó grabado en mi memoria como una foto fija, a pesar de los más de 45 años transcurridos desde entonces. Rasgos que he visto también reproducidos con “genio femenino” en el servicio cercano, constante y sacrificado a la Iglesia de las Cruzadas de Santa María. Por todo esto no tengo más que motivos para dar gracias a Dios por la correspondencia generosa del P. Morales, de cuya fecundidad espiritual a través de sus obras y carisma he sido y soy beneficiario, especialmente en los inicios de mi vocación sacerdotal, y ahora en mi ministerio de servicio a la Iglesia. ¡Gracias, P. Morales! José María Gil Tamayo Secretario General de la Conferencia Episcopal Española El pasado 8 de noviembre de 2017, nuestro Santo Padre el Papa Francisco promulgó las Virtudes heroicas del sacerdote jesuita Tomás Morales Pérez. Se iniciaba así un feliz acercamiento camino de los altares.
Tuvo el honor en su juventud de ser colegial en el Egregio Real Colegio de España en Bolonia, obra del insigne Cardenal Gil de Albornoz y Luna, que lo fundó como Domus Hispaniae en 1364. Precisamente, yo conocí la figura del padre Morales al poco tiempo de llegar al Colegio de Bolonia en 2011. El querido Sr. Rector José Guillermo García Valdecasas nos obsequiaba cada día con una interesante charla en el “salotino”, mientras tomábamos el café. En una de esas charlas invernales de sobremesa apareció un día la figura del padre Morales. Nos decía el Rector que habían solicitado los documentos conservados junto a los nuestros, de tan insigne colegial, a fin de incluirlos en su Causa de beatificación. Nos habló también de cómo el padre Morales había llegado, en la década de los años 30 del siglo pasado, como becario, con un expediente brillantísimo en la entonces Universidad Central de Madrid y que en menos de un año leyó su tesis doctoral en la Universidad de Bolonia, obteniendo el grado de Doctor con la tesis “El impuesto sucesorio”, dirigida por el Profesor Federico Flora. Terminada la defensa, ingresó inmeditamente en la Compañía de Jesús. Era evidente que tenía prisa por entregarse a Dios. Desde ese día me sentí lleno de curiosidad por la figura de mi “compañero” colegial; me admiraba la rapidez de su defensa de tesis, lo brillante de sus resultados y, sobre todo, su decisión de seguir a Dios en la Compañía de Jesús, en vez de haber optado por un prometedor futuro académico, bien en España o en Italia. Desde entonces le he seguido la pista, he buscado información en el libro que consigna la vida de todos los colegiales de Bolonia, Proles Aegidianas, también en Internet y he tenido la ocasión de encontrar miembros de uno de los Institutos Seculares fundados por él, Cruzadas de Santa María. Cuando entraba y paseaba por el “cortile” del Real Colegio de España, pensaba en los colegiales que me habían precedido en casi 650 años de historia y muchas veces me venía el recuerdo del padre Morales, especialmente su decisión de dejar un prometedor futuro universitario para consagrarse a Dios. Como andaba yo dando vueltas por entonces a mi posible vocación sacerdotal, su valiente ejemplo fue el empujón decisivo para decidirme a dejar la atractiva beca de investigación, que tenía en la Universidad de Valencia, para comenzar los estudios de teología e ingresar en el seminario. Con el padre Tomás Morales SJ, se continúa, así, una línea de bolonios que han llegado a los altares o están camino de ello: el zaragozano san Pedro de Arbués, el conquense Venerable Nuño Álvarez de Osorio y ahora el Venerable Tomás Morales Pérez, SJ. Sin duda, son el mejor ejemplo de la voluntad de nuestro fundador el cardenal Gil de Albornoz, un Colegio de España fiel a la Iglesia, al Papa, donde se formaran españoles y donde fueran fieles cristianos, que mostraran con sus vidas el mejor ejemplo para la Iglesia. Raúl Francisco Sebastián Solanes (Colegial en el curso 2011-2012) Hoy quiero unir mi gran alegría a la vuestra , ante la gran noticia de ayer, al ser nombrado " VENERABLE" nuestro querido P. Morales. Mi mayor y sincera ¡ENHORABUENA!.
Demos gracias a Dios y por supuesto también a Ntra Madre María. Loly Rincón. España No conocí al Padre Morales mientras vivió, pero desde hace unos meses lo tengo muy cerca y siento que, aún sin haberle escuchado nunca en vida, su mensaje está haciéndose verdad en mi vida.
Hace un tiempo me descubrieron un tumor en el cráneo. Es benigno pero hay que extirparlo pues ya se ha alojando en un lugar delicado y con riesgo para la vida. Fue entonces cuando Pilar, una cruzada de Santa María, me encomendó al Padre Morales y me ofreció una reliquia suya. Cada noche duermo con mi cabeza sobre ella y rezo la novena. Algunos familiares y amigos lo están haciendo también. En estos meses algo está cambiando. No sólo por la conciencia nueva que da una situación así, sino porque siento que el mensaje del Padre Morales se está haciendo fuerte en mi corazón. Ha crecido en mí la devoción a la Virgen de Fátima y la confianza en ella. Recientemente he sabido del amor y devoción que el Padre tenía por ella. "La Inmaculada nunca falla", solía decir, y así me lo estaba enseñando aun sin yo saberlo. Y estoy viviendo con más conciencia mi misión en este mundo, en mi trabajo, en mi familia, en mi vida cotidiana, sin necesidad de cambiar las circunstancias. El Padre Morales conocía el valor de los laicos, la fuerza de su misión, el sentido de esos instantes de estar en el mundo como presencia del Señor entre los hombres, y así me lo está ayudando a vivir. No me siento digna de que el Padre Morales haga su milagro conmigo, tan pobrecilla, pero se lo pido igualmente. Primero porque Dios hace lo que quiere y no le negará nada al Padre Morales, y segundo, porque sólo pedirlo ya está siendo una fuente de gracia para mí. Doy gracias por ello a Dios, al Padre Morales y a quienes me lo mostraron. Jerusalem Hernández, Madrid-España. É com alegria que te escrevo, pois o amor de Cristo nos uniu.
Sou seminarista e encontrei um titulo da Sra Lydia Jiménez – um Movimiento, unas obras, uma Misión e tenho me alimentado do seu pensamento e de sua espiritualidade . O servo de Deus P Tomás Morales apresenta uma santidade do cotidiano onde nos ensina o valor divino do humano. Quero apresentar o meu TCC e como sei que leva tempo e tempo para quem tem fe significa redencao e quero pedir se me conseguem livros que apresentem os escritos do P Morales que desde já o considero como meu padrinho espiritual. Tenho a certeza de me tornar um intercessor da família das Cruzadas de Santa Maria desde o Brasil. Cristiano Guedes Mota, Brasil. "Te tengo que agradecer muchísimo el libro de las cartas del P. Morales que me regalaste....me gustan mucho, pero mucho. A veces incluso se me saltan las lagrimas leyendo lo que escribía a su padre, a su madre y a su hermana. No he llegado a las otras secciones. Tanto cariño y TANTA sabiduría espiritual en las cartas dirigidas a sus familiares. Increíble. Además, estas cartas sirven como guía espiritual para la persona que las lee...por lo menos para mí. La correspondencia de una persona siempre revela TANTO...es llamativo."
Maria Stella Ceplecha El P. Morales verdaderamente fue un Siervo de Dios que mucho deseo verlo en los altares, pues grande ha sido la obra que llevó a cabo con la juventud, sobre todo. Hice algunos retiros con él, y recuerdo que me confesé también una vez con él en uno de esos retiros. Le dije que no había hecho algún día la oración y me dijo: eso no es pecado… Yo le contesté que creía que el Señor me lo pedía, a lo que él dijo: Ah! entonces eso es harina de otro costal!
Creo que era por algún retiro del Espíritu Santo cuando también recuerdo una frase suya aludiendo a que algunos se preguntaban que ya el Espíritu Santo no venía como entonces, y el decía el Padre: ah, es que el Espíritu Santo viene ahora gota a gota. Cuando yo también me pregunto ¿vendrá o habrá venido el Espíritu Santo? al recordar estas sus palabras…. me animo, pensando que también ahora lo recibimos; pero como es gota a gota…. no nos damos tanta cuenta. Sor Cruz María del Rosario, Monasterio de Jerónimas, Madrid. |
|