Comenzamos con la Santa Misa presidida por el Arzobispo de Burgos, D. Fidel Herráez Vegas y concelebrada por ocho sacerdotes, en la capilla de la Facultad de Teología. Participaron en la moción de entrada una antigua militante y en las peticiones y coro militantes.
D. Fidel, en la homilía resaltó que conoció de joven al Padre Morales a través de “unos jóvenes de la banca en Madrid que estaban siendo orientados y dirigidos por él”, y que a través de esos jóvenes vio “que efectivamente había un sello de Dios en aquel que los estaba dirigiendo”. Que se sentía “especialmente cercano y dando gracias a Dios por este hermano nuestro declarado ya hace un año venerable, y que, ¡Ójala!, todos estamos deseando y pidiendo al Señor, nos lo proponga, como beato y como santo, si es para Su gloria y bien de la Iglesia. Hizo referencia a la santidad bautismal y cómo “el Padre Morales nos ha dado tantos ejemplos de cómo ha ido respondiendo a Dios que nosotros estamos llamados a responder” que “la mejor forma de celebrar la declaración de venerable del Padre Morales es nuestro compromiso y fidelidad a la voluntad de Dios como él se esforzó en vivir”.
Finalizó instándonos a vivir en vigilancia activa, que sería “un modo muy coherente de estar celebrando la acción de gracias por este queridísimo hermano nuestro Padre Tomás Morales” Al concluir la misa se cantó el himno del Padre Morales “Un don para la Iglesia” y repartimos junto con calendarios del 2019, el folleto de la colección horizonte “Amistad y vocación a la santidad” de Teresa Cid.
A lo largo del Claustro se puso una exposición de fotografías sobre el P. Morales y en el Salón de Actos pusimos el audiovisual de “La Inmaculada nunca falla”.
Asistieron casi un centenar de personas, muchos de ellos sacerdotes, aunque no concelebraron quisieron acompañarnos a lo largo de la jornada. Todos se marcharon agradecidos y enardecidos por la figura del P. Morales, que como dice el himno es un “don para la Iglesia”.
D. Fidel, en la homilía resaltó que conoció de joven al Padre Morales a través de “unos jóvenes de la banca en Madrid que estaban siendo orientados y dirigidos por él”, y que a través de esos jóvenes vio “que efectivamente había un sello de Dios en aquel que los estaba dirigiendo”. Que se sentía “especialmente cercano y dando gracias a Dios por este hermano nuestro declarado ya hace un año venerable, y que, ¡Ójala!, todos estamos deseando y pidiendo al Señor, nos lo proponga, como beato y como santo, si es para Su gloria y bien de la Iglesia. Hizo referencia a la santidad bautismal y cómo “el Padre Morales nos ha dado tantos ejemplos de cómo ha ido respondiendo a Dios que nosotros estamos llamados a responder” que “la mejor forma de celebrar la declaración de venerable del Padre Morales es nuestro compromiso y fidelidad a la voluntad de Dios como él se esforzó en vivir”.
Finalizó instándonos a vivir en vigilancia activa, que sería “un modo muy coherente de estar celebrando la acción de gracias por este queridísimo hermano nuestro Padre Tomás Morales” Al concluir la misa se cantó el himno del Padre Morales “Un don para la Iglesia” y repartimos junto con calendarios del 2019, el folleto de la colección horizonte “Amistad y vocación a la santidad” de Teresa Cid.
A lo largo del Claustro se puso una exposición de fotografías sobre el P. Morales y en el Salón de Actos pusimos el audiovisual de “La Inmaculada nunca falla”.
Asistieron casi un centenar de personas, muchos de ellos sacerdotes, aunque no concelebraron quisieron acompañarnos a lo largo de la jornada. Todos se marcharon agradecidos y enardecidos por la figura del P. Morales, que como dice el himno es un “don para la Iglesia”.